Las sombras chinescas consistían en algo tan sencillo como interponer la
mano entre una fuente de luz y una pantalla o pared, para conseguir
representar formas o animales merced al movimiento y posición de las
manos. Aquel juego infantil dio lugar a las teatrales sombras que desde
Oriente se propagaron con gran éxito en Europa, a través de Francia y
Alemania. Algunos piensan que en esta primera reproducción del
movimiento están los antecedentes del cine. De lo que no hay duda es de
la importancia de las sombras, de su utilización en el desarrollo del
cinematógrafo, en su lenguaje, en su fotografía, etc.
La historia del cine se inicia el 28 de diciembre
de 1895, cuando los hermanos Louis y Auguste Lumière realizaron la
primera proyección pública de imágenes en movimiento. Los Lumière
habían inventado lo que muchos han calificado como la fábrica de los
sueños mientras que para muchos otros es una fábrica, sí, pero de
hacer dinero.
El color aparece en el cine, con el desarrollo del primer proceso de revelado de película en color denominado Autochrome. Mientras que la incorporación del sonido fue rápida y determinó la desaparición del relator y los músicos en vivo, el color tardó más en ser adoptado por el cine.
Actualmente, el color está totalmente asentado en el cine, y es de gran importancia en las películas. Se usa de forma estética, pero también afecta a la narración ya que puede producir ciertas emociones en el espectador. Cada color recibe una serie de connotaciones, y usarlos en una película influye en su ambientación. Por ejemplo, el color azul transmite calma y seguridad, el amarillo transmite alegría, y el rojo evoca pasión, aunque también puede significar peligro.